septiembre 17, 2012

Cuando dejo que me toques

 Por: Rosmarbis Pérez


Y si dejo que me toques. Y si no.
Y si dejo que juegues conmigo. Y si yo juego contigo.
Y si no dejo de mirarte. Y te siento, pero no. Y si tú me miras, y no me ves.
Y si es solo lujuria. Y si te dejo, y si me dejas.
Si nos tenemos. Me tienes, no te tengo, luego sí.
Entonces qué hacemos, qué dejamos de hacer… Y luego, te beso, me besas, nos tocamos.
Te siento, me sientes… Nos sentimos. 
Me ves, yo te veo, te toco, me tocas. Respiro.
Te enredas en mis cabellos, hueles. Sí, hueles. Hueles que soy yo y vuelves sobre mi.
Remontas, penetras. Y yo siento. Sudo tu aire, huelo a ti.
Penetras. Y mi piel se eriza. 
Tu mirada concentrada, tu mirada que roba almas. Deseo.
El néctar escapa de mi y te hundes en el. Te hundes. Penetras.
Respiro y me robas el aire. Otra vez.
Con fuerza, profundo y se escapa. La voz. El sonido que huye y suena a placer.
Y sentimos, siento cuando la fuerza escapa. Mis piernas, tu espalda, mis pechos, tus brazos, mi cuello, tu boca. 
Nos sentimos, nos vemos desde adentro. Sin aire. Sudamos nuestros olores, se nos escapo la fuerza, los fluidos. Respiro.
Con tus ojos me has robado el alma. Con mi boca te he robado el suspiro.
Y si dejo que me toques. Te toco. 
Entonces hemos muerto hasta que el sueño nos devuelva la vida.
Y si dejo que me toques. Y si no.

No hay comentarios: