Y si
dejo que me toques. Y si no.
Y si
dejo que juegues conmigo. Y si yo juego contigo.
Y si
no dejo de mirarte. Y te siento, pero no. Y si tú me miras, y no me ves.
Y si
es solo lujuria. Y si te dejo, y si me dejas.
Si
nos tenemos. Me tienes, no te tengo, luego sí.
Entonces
qué hacemos, qué dejamos de hacer… Y luego, te beso, me besas, nos tocamos.
Te
siento, me sientes… Nos sentimos.
Te
enredas en mis cabellos, hueles. Sí, hueles. Hueles que soy yo y vuelves sobre
mi.
Remontas,
penetras. Y yo siento. Sudo tu aire, huelo a ti.
Penetras.
Y mi piel se eriza.
Tu
mirada concentrada, tu mirada que roba almas. Deseo.
El
néctar escapa de mi y te hundes en el. Te hundes. Penetras.
Respiro
y me robas el aire. Otra vez.
Con
fuerza, profundo y se escapa. La voz. El sonido que huye y suena a placer.
Y
sentimos, siento cuando la fuerza escapa. Mis piernas, tu espalda, mis pechos,
tus brazos, mi cuello, tu boca.
Nos
sentimos, nos vemos desde adentro. Sin aire. Sudamos nuestros olores, se nos
escapo la fuerza, los fluidos. Respiro.
Con
tus ojos me has robado el alma. Con mi boca te he robado el suspiro.
Y si
dejo que me toques. Te toco.
Entonces
hemos muerto hasta que el sueño nos devuelva la vida.
Y si
dejo que me toques. Y si no.

No hay comentarios:
Publicar un comentario